Los desarrolladores y brokers coinciden en que la ilusión de pensar los precios en pesos ajustados duró poco y esperan una reactivación en 2019.
El mercado inmobiliario se perfilaba como uno de los sectores ganadores del modelo económico implementado por el gobierno nacional pero, en pocos meses, la devaluación del peso y el amesetamiento de los créditos hipotecarios cambió las reglas de juego y marcó el inicio de una nueva etapa: los compradores finales desaparecieron del mapa y los inversores que buscan proyectos top refugiar su capital florecieron.
Además, según los especialistas la moneda estadunidense volvió a ganar protagonismo en las negociaciones inmobiliarias. “Hoy volvemos a pensar en dólares” declara Santiago Tarasido, presidente de Criba, la constructora que, en algunos casos, también participa del negocio de los desarrollos. El ejecutivo lamenta que “la ilusión de volver a pensar en pesos ajustados duró poco” y reconoce que “los proyectos con menos volatilidad y que hoy se ven beneficiados por el contexto, son los complejos premium, vuelven a ser la alternativa más viable para los desarrolladores frente a un momento de volatilidad y complicación operativa. Lo cierto es que en este contexto, el mercado tiende a concentrarse, aquellos que transmitan seguridad y solvencia tomarán el liderazgo del sector”. En esa dirección, Germán Tavella, broker inmobiliario, sostiene: “El mercado está totalmente dolarizado y sufre sus vaivenes. Razón por la que en lo que queda de 2018 va a estar ‘viendo y esperando’. A diferencia de otras crisis ésta es más especulativa, ya que los inversores están líquidos aguardando por el acomodamiento de los valores. Por lo que posiblemente cuando la cotización del dólar logre más previsibilidad, el mercado comenzará a dar señales de reactivación. Algo que no ocurrirá antes de los primeros meses de 2019”.
Ante un mercado que se está moviendo frente a oportunidades concretas ya sea por buenos precios o por barrios con proyección, Rodrigo Fernández Prieto, CEO de Intelligent, describe lo que está pasando en los emprendimientos de alta gama de Puerto Madero: “el dólar alto generó un buen escenario de inversión por la baja del costo de la construcción en unidades en pozo. Hoy los inversores consiguen hasta un 25 por ciento de descuento en operaciones puntuales, lo cual hace atractivo al sector nuevamente, para anclar ahorros sin volatilidad, obtener una renta que vuelve a ser interesante por la baja del precio de inversión inicial y permitir además una apreciación del activo inmobiliario, que creemos se estabilizará a partir de mediados del año que viene”.
Alberto Hoyos, responsable de la división residencias del Grupo Adrián Mercado, pone sobre la mesa las variables macro y afirma que la reactivación llegará de la mano de la implementación de nuevas políticas que logren la estabilización del tipo de cambio y detengan el avance inflacionario. “Esto se produciría en el primer trimestre del año próximo, siempre que se lo acompañe con crédito hipotecario, a tasas blandas o bien medidos en UVA”, afirma el especialista y aclara que “hoy no es que esté paralizado pero la renta financiera a veces obnubila a hora de la toma de decisiones”.
La política ocupa las mesas de debate sobre el futuro del sector. De hecho, Luis Ramos, director de L. J. Ramos afirma que gran parte del presente recesivo encuentra su sustento en la poca confianza que tiene el mercado. “La falta de credibilidad en el gobierno hace que el mercado siga paralizado. La ley de alquileres solo complica más las cosas y desalienta al sector de la construcción”. Analía Grecco, gerente de la sucursal Palermo de la misma inmobiliaria agrega: “Es difícil afirmar cuando se reactivará el sector. Seguramente la reactivación del crédito podría ayudar. Hay consultas y tasaciones, mientras los valores se están estabilizando en baja”. Marcelo Buyo, gerente general de Grupo Portland, añade que los inversores son conscientes de que el mercado tardará como mínimo entre cuatro y cinco meses para reactivarse. “Las oportunidades no están solo en negociar el valor del m2 sino en adquirir tierra para realizar proyectos y estar preparado para cuando se acomode la macroeconomía”, finaliza.