El primer trimestre del año actual se insinuó con signos positivos en los edificios de oficinas de las clases premium, con alza en los precios y más demanda.
Los cambios en materia macroeconómica, iniciados con la nueva gestión de gobierno, continuaron en el primer trimestre del año actual. Posiblemente lo más relevante sea la exitosa renegociación de la deuda externa en default ante los acreedores, lo cual otorga optimismo y una mayor credibilidad para la Argentina ante los ojos de los mercados financieros internacionales, que se podrían concretar cuando se atraigan capitales extranjeros que generen empleo y flujos de capital, componentes claves para el desarrollo de acuerdo al plan económico trazado.
La apertura de los mercados y el ingreso de nuevas firmas tendrían un interesante impacto inmobiliario en general, implicando un aumento en la demanda tanto de oficinas y locales comerciales, como de depósitos industriales y naves logísticas; poniendo aún mayor presión a las ya bajas tasas de vacancia. Las expectativas optimistas poseen su contracara. La creciente inflación potenciada por los incrementos en las tarifas de servicios y transporte públicos, y combustibles. Este súbito aumento en el costo vida pone al consumo en un cuello de botella y empuja a aumentos salariales para combatir la disminución de los ingresos reales. Esto constituye el mayor desafío a corto y mediano plazo que el gobierno debe afrontar para apuntalar la retracción del consumo y evitar un aumento de la desocupación. El mercado inmobiliario no es ajeno a estos aumentos que estarán reflejados en los crecientes gastos de expensas y servicios públicos.
“En el primer trimestre, el mercado de oficinas de Buenos Aires mostró una respuesta positiva ante los cambios económicos. Se observa un repunte en la actividad con relación al año pasado, esto se evidencia a través de una mayor dinámica en el mercado de alquileres y un incremento en el número de transacciones. Cabe mencionar que dicho aumento de la dinámica fue generado por la relocalización o expansión de empresas locales o multinacionales ya establecidas; ya que no se han detectado nuevas aperturas o desembarcos de nuevas firmas, por el momento”, comentó Eduardo Di Buccio, gerente de research de CBRE Argentina.
Y agregó: “El inventario de oficinas clase A+ y A se mantiene en el mismo nivel respecto del último trimestre, alrededor de 1,75 millones de m2 rentables. Para el segundo trimestre se prevén incorporaciones por 60.000 m2 aproximadamente, en los submercados de Catalinas y Puerto Madero Norte. Asimismo, para la totalidad de 2016 la producción ascendería a 75.000 m2, la mayoría de ellos en Clase A+. En contraste con años anteriores, el foco se ha movido de los submercados de zona norte (Panamericana y Libertador) hacia los submercados más tradicionales como Catalinas, Puerto Madero y Macrocentro”.
“El aumento en la actividad también tuvo su efecto en los precios de alquiler; el promedio de precios de clase A+ y A se incrementó en un 6,8% comparado con el trimestre anterior. Esta alza en el alquiler tuvo mayor impacto en clase A+, con precios promedio en 27,40 dólares el m2, donde Catalinas y Puerto Madero Norte encabezan la lista con 33,07 y 30,50 dólares el m2, respectivamente. Puerto Madero Sur y el eje Panamericana cuentan con los precios más competitivos. Para clase A, los valores promedian 21,20 dólares el m2, y en este caso los submercados con las rentas más altas son Plaza San Martín y zona norte de la ciudad con rentas en 25,30 y 23,70 dólares el m2, respectivamente”, expresó Di Buccio.
Lunes 9 de mayo de 2016
Publicado en el suplemento Inmuebles Comerciales del diario LA NACION