Oficinas: por qué son las niñas bonitas del mercado

Una vacancia baja y precios de alquiler y venta en niveles récord explican el fuerte interés de los inversores por el negocio; lo que viene.

La ley de oferta y demanda es clave en toda negociación, inclusive para cerrar operaciones inmobiliarias en el sector corporativo. De este modo, a menor cantidad de metros cuadrados de oficinas disponibles para alquilar, mayores los precios. La ubicación, las características de la zona, la categoría del edificio, la conectividad con los medios de transporte, los servicios y las dimensiones de las plantas son determinantes al momento de fijar un valor de renta, en especial en el mercado A+, donde el stock y la vacancia que existe determina la firmeza de la renta a exigir.

Si bien hay que diferenciar el segmento de oficinas A+ y A de la categoría B y C, en los primeros dos casos son las que concentran la atención de los grandes capitales. Es decir los players que desarrollan la mayor cantidad y calidad de metros cuadrados y reflejan las tendencias de la oferta y la demanda.

“Los precios del mercado de oficinas seguirán levemente en aumento durante los próximos meses porque continuará subofertado a corto plazo y no podrá abastecerse la demanda esperada”, afirma José Viñas, broker senior de Cushman & Wakefield. La demanda premium mantiene desde hace un año una absorción neta positiva: durante 2017 el mercado tomó 92.000 m2 de superficie clase A y liberaron 31.800 m2, lo que dejó una absorción neta positiva de 60.200 m2. Dado ello, “la vacancia continúa a la baja” por lo que “la ley de la oferta y la demanda demuestra una vez más su vigencia y explica que los valores hayan ascendido a niveles tan poco habituales”, sentencia.

El índice de vacancia en Buenos Aires es “relativamente bajo”, de 3,6 por ciento. Además, en la zona fuera del distrito financiero, en el corredor Libertador tanto de la Capital Federal como de la provincia, y en el nodo Panamericana-General Paz no se muestran superficie premium disponible desde hace seis meses. “A futuro el escenario marca que se viene un mayor stock en oficinas Clase A pero recién se verán los resultados hacia fines de 2018 y principios de 2019 cuando se prevé que se finalicen 415.000 m2 de superficie premium. A su vez, a partir de 2020 habrá 365.000 m2 más que actualmente están en proyecto”, advierte Viñas.

En base a esto se debería inferir que los precios “se podrían estabilizar o incluso podrían bajar porque al haber más stock, aumenta la vacancia y como consecuencia disminuyen los valores. Pero, el comportamiento de este mercado no siempre es tan lineal. En el juego también intervienen los edificios clase B o C, que podrían ser liberados por empresas para mejorar sus condiciones o bien se podrían abrir nuevas oficinas de compañías que vengan del exterior. Dado esto, inferir el comportamiento futuro con respecto al nuevo stock a incorporar es un aspecto que empezará a ser visible con las primeras señales del mercado, lo cual hoy es algo prematuro”, analiza el especialista de Cushman & Wakefield.

A su vez, al comparar con la región, Buenos Aires tiene un largo camino por recorrer: “Venimos atrasados en los niveles de stock. Hay mucho por hacer y algunas barreras que sortear: la falta de fuentes de financiamiento es una de ellas dado que esto hace que el desarrollo de oficinas premium se concentre en solo un pequeño número de desarrolladores locales. Otro inconveniente es la disponibilidad de tierra estratégicamente localizada, si bien la solución actual se da a partir de las tierras que el Estado está vendiendo. A futuro, este problema volveremos a tenerlo si no se crean nuevos corredores o se amplían los actuales”, afirma Viñas.

De acuerdo al análisis de mercado de Colliers Internacional, en el último año se demandó más superficie de oficinas A+ que A. “Esto, contrastado con el alza de los precios de las oficinas con mayor categoría, valida la predilección del mercado por los espacios premium”, aseguran en la compañía. Asimismo, al estudiar los proyectos de oficinas hacia 2022, “se puede constatar la orientación del mercado a construir edificios categorías A+/A con certificación LEED y en menor medida edificios de categoría B”. Para el término de 2018 ingresarán 65.724 metros cuadrados ubicados predominantemente en el corredor Norte de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, estiman desde esta consultora.

Para Eduardo Di Buccio, research manager de CBRE Argentina, los precios de venta y alquiler “se ajustarán para mantener la ecuación de rentabilidad pero no habrá cambios significativos. El volumen de transacciones está estable respecto de los últimos 12 meses y no se esperan cambios relevantes en el corto plazo”. Y además prevé que habrá “un marcado crecimiento en el inventario para los próximos años” dado, entre otros factores, por los nuevos desarrollos corporativos que se construirán a partir “de la inyección de terrenos” de las subastas públicas de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), como la parcela que compró TGLT y las tres con las que se quedó Consultatio en la zona porteña bautizada como Catalina Norte II.

Los nuevos proyectos, la mayoría de las obras que están en curso son complejos Clase A

“Si se analiza en detalle los desarrollos en curso y los proyectos, si bien la mayoría de ellos se darán en Clase A+, hay un importante número de proyectos, alrededor del 44,3 por ciento de la superficie, que por sus especificaciones técnicas no llegan al tope de gama. Naturalmente, el ingreso de nuevos productos en Clase A+ aumentará la tasa de vacancia del segmento que se encuentra en promedio por debajo del mercado, ya que la oferta de clase A posee mayor disponibilidad”, destaca el entrevistado de CBRE.

Los números hablan

El último relevamiento realizado por Colliers estableció que a fines de 2017 los precios de renta mensual por metro cuadrado de la categoría A+ cerraron en US$30,1 y de la categoría A en US$20,7. Esta brecha entre ambos aumentó notablemente en el último año: 31,2 por ciento, para finalizar el promedio de la categoría premium en US$23,4/m2. “Se consolida la tendencia a la diferenciación de los precios de las categorías A+ y A. Este fenómeno se presenta paulatinamente desde 2016 y refleja una mayor demanda dentro del segmento premium, en un contexto de escasa disponibilidad y que adicionalmente se observa una constante migración de las compañías a los espacios A+”. analiza Juan Manuel Farola, gerente de la División Oficinas de Colliers.

En cuanto a venta, se concretaron transacciones en valores que rondan los US$3500 por m2, aunque se trata de casos donde el vendedor decidió desprenderse del activo por el ciclo del negocio o un mejor uso del capital. En cuanto a nuevos desarrollos premium existen precios de referencia que oscilan entre los US$4000 y los US$6500 por metro cuadrado, con distintos niveles respecto en sus condiciones de entrega. Sobre las tasas de retorno, estuvieron entre el 8 y 9,5 por ciento. “La performance de este indicador dependerá más que nada del stock de m² que se dispongan para la venta pero, por sobre todo, del comportamiento de la demanda que al final del día convalidará los valores de alquiler que determinarán el retorno esperado”, agrega el ejecutivo.

Para Farola se observa un mercado “con cierta recuperación en términos de valores, explicado por la absorción de A+ y un mayor nivel de consultas por parte de compañías de sectores específicos que comienzan a evaluar posibles proyectos de relocalización en busca de mayor calidad en los espacios, mayor eficiencia de costos en relación al tamaño de las plantas y en zonas más amigables respecto a su ubicación actual”. Viñas coincide con que se percibe un mayor movimiento: “Desde fines de 2017 el panorama mejoró. Actualmente se registran más cantidad de búsquedas y consultas que hace un año atrás e inclusive el cierre de operaciones, tanto de compraventa como de alquiler, es mayor al de años anteriores”.

En cuanto a los precios de alquiler de oficinas Clase A alcanzados en Buenos Aires, este agente inmobiliario amplió la respuesta: “Estamos ante un hecho histórico dado que, por ejemplo, llegan a US$ 40 mensuales por metro cuadrado en el edificio BBVA que estamos ofreciendo en alquiler. Ante la poca oferta de oficinas que tiene la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, el mercado reacciona aumentando los valores. Al incrementar los precios de alquiler, aumentan los de venta, sostenidos por las tasas de capitalización que buscan los inversores. En los últimos años los precios promedio de renta han crecido levemente cada año”. Un dato es que en el Centro Empresarial Libertador que desarrolla Raghsa en Avenida del Libertador al 7200, esquina Manuela Pedraza, Núñez, los valores actuales de prealquiler arrancan desde los US$ 31 por m2 al mes pudiendo variar en función del piso que se alquile”, detalla el broker.

Por su parte, Di Buccio afirmó que tanto los precios de alquiler como los de venta “se han mantenido mayormente estables a lo largo del último año con tendencia al alza en el caso de alquileres”. El promedio general de rentas aumentó 3,7 por ciento en los primeros tres meses del año respecto del año anterior. Sin embargo, en el segmento Clase A+ el incremento fue más marcado (13,7%) y se explica por una mayor demanda y menor disponibilidad de productos de alta categoría sumado a la incorporación de nuevas superficies en lo más alto del segmento. “Estos espacios se comercializan en el techo de las rentas e incluso empujan la frontera a nuevos máximos”, considera. Los valores de alquiler mensual por metro cuadrado hasta el año pasado variaban entre los US$22 y los US$ 42 Clase A+ y entre US$ 15 y US$ 35 para Clase A, de acuerdo a los datos recogidos por CBRE. “El movimiento de precios en alza iniciado en 2014 está llegando a una meseta debido al equilibrio entre oficinas más costosas de mayor categoría, en conjunto con mayor disponibilidad de oficinas en la sección inferior del rango de precios”, concluyó el vocero.

Núñez, este submercado sumará a findes de 2019 60.000 m2 alquilables Crédito: Ignacio Sánchez

Mapa de búsqueda

De acuerdo a un estudio realizado en base al entrecruzamiento de datos de las visitas a los avisos de oficinas publicados en Mercado Libre Inmuebles y los indicadores del mercado relevados por la consultora corporativa Cushman & Wakefield en el último trimestre de 2017, se pudo apreciar cuáles son las zonas y los proyectos que más interés suscitaron entre los internautas. De allí se desprende que el Corredor Libertador, tanto del lado de la Ciudad de Buenos Aires como de Provincia, fue claramente el que más clics recibió. “Los desarrollos en construcción -como el de Raghsa en Núñez-, que sumarán 60.000 m2 rentables a fines de 2019, se convirtieron en un atractivo para las empresas que buscaban grandes superficies pero no encontraban plantas que superaran los 1000 m2”, relató Mercedes Pagliettini, broker senior de la compañía.

“Los corredores con mayores aumentos en el ratio de visitas fueron el Corredor Libertador (CABA y GBA) con un pico máximo durante el tercer trimestre, al igual que Puerto Madero, y el Corredor 9 de Julio, que muestra un repunte significativo hacia fin de año”, detalló Hernán Ibáñez, gerente Comercial de Mercado Libre Clasificados. En tanto, en Microcentro y Retiro-Plaza San Martín el ratio bajó debido a que la superficie disponible permaneció prácticamente sin cambios, pero descendió el número de visitas online. El submercado Catalinas-Plaza Roma también disminuyó pero se debió al incremento de la superficie desocupada. El Corredor Panamericana fue el único submercado que presentó un comportamiento más estable a lo largo de todo 2017.

Por María Eugenia Usatinsky, Lunes 30 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Oficinas: los espacios como herramienta de retención

La sustentabilidad, la tecnología y la colaboración están transformando el rol del facility manager; por qué son claves para la organización.

Del “equipo de mantenimiento” a una atención holística del edificio y el impacto directo en el bienestar de los trabajadores. La sustentabilidad, la tecnología y la colaboración están transformando el rol del facility manager, que hoy se plantea como un pilar en la retención de talento. “Ya no se busca el profesional que es experto solamente en temas técnicos, sino también en los servicios más soft que impactan directamente en el empleado, por lo que no solamente buscamos ingenieros o arquitectos sino perfiles de trabajadores que vengan de la hotelería”, comienza la charla ,Facundo Gago, líder de la práctica en la filial local de Jones Lang LaSalle (JLL).

El experto asegura que el facility manger es clave para que “las personas que trabajan en una compañía desarrollen al máximo su potencial”. ¿De qué manera se logra? Hoy una de las tendencias en boga son los espacios organizados alrededor de las actividades, detalla Víctor Feingold, CEO de Contract. “Lo que sucede en las nuevas oficinas no necesariamente tiene que ver con espacios cerrados o abiertos, sino con los que están pensados con las acciones de las personas en mente y no con respecto a las jerarquías de quienes los ocupan. Una buena opción es imaginar trabajos de mediana o alta concentración, o también lugares donde se pueda hacer una videollamada o capacitaciones en ambientes de privacidad”, dice.

“Colaboración” es una palabra que suena cada vez más fuerte en el mundo laboral, impulsada, además, por la irrupción de los coworking o espacios comunes de trabajo. Esta tendencia, según Feingold, se refleja en la apertura de las cafeterías o cocinas: “Antes eran lugares incómodos y se deseaba que nadie se instale ahí. En los proyectos contemporáneos, son casi el lugar más importante de la compañía, porque es donde la gente realiza intercambios y comparte”. Otras amenities en boga son las terrazas verdes o jardines, aunque son pocos los edificios que las pueden ofrecer, aclara. También hay pedidos más “insólitos”, apunta, como los siestarios, espacios para dormir siestas cortas y recargar energías para seguir con el trabajo. En ese sentido, María Cristóbal, fundadora de BA Planning y presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Facility Management (SLFM), explica que hubo “un gran efecto Google” -por las oficinas de la compañía tecnológica, conocida por sus amenities lúdicas- que hizo que muchas empresas pidieran juegos o salas de música. “Ahora hay una vuelta a lo básico porque muchas se dieron cuenta de que eso no funcionaba y era difícil de organizar para que hubiera un correcto mix entre trabajo y diversión”, señala. Agrega que, a su juicio, las salas de reuniones tradicionales desaparecerán cada vez más por el ritmo vertiginoso de trabajo.

Las empresas buscan espacios flexibles que se adapten a la variación de personal

La solución, plantea, es incluir “livings” móviles en varios rincones de la oficina. Respecto de la influencia de los espacios de coworking, la facility manager opina que eliminó algo muy importante para las marcas: la identidad corporativa. “Si yo voy a unas oficinas de una empresa de moda, quiero saber adónde entro: quiero ver tendencias, colores, diseño. Aún con un presupuesto menor esto se puede hacer perfectamente y creo que es la gran diferencia para los edificios actuales”, expresa.

Otro término que es tendencia para la organización de los espacios es “flexibilidad”. Vanesa Pirani, directora de Facility Management para CBRE Argentina, explica que un gran pedido de los clientes es “tener espacios que les permitan adecuarse rápidamente al cambio sin tener que hacer grandes gastos o inversiones”. En la misma línea, Cristóbal añade que se podría empezar por la construcción del edificio, ya que en la Argentina todavía se utiliza el concepto de cielo raso con iluminación predeterminada: “Es preferible restarlo del costo fijo del edificio, porque hoy lo que se entrega es una cuadrícula que hace que muchos empleados tengan mala luz. Es mejor que no haya cielo raso y adaptar las luminarias a la distribución de la oficina”, reclama.

El ahorro energético también es un pedido repetitivo, especialmente tras la suba en las tarifas. Cristóbal señala que este punto tomó importancia luego de que se promulgara la Ley de Renovables a fines del año pasado, que obliga a las grandes consumidoras a proveerse con un 8 por ciento de fuentes limpias. Pirani agrega que la tecnología permitió que las compañías sean más verdes con la eliminación casi completa de la papelería. Un cambio muy importante en el diseño de oficinas, dice, es la menor cantidad de metros cuadrados que se piensan para guardar archivos físicos.

Por otro lado, dice Cristóbal, hoy hay mucha conciencia del tipo de materiales que se eligen para el mobiliario: “La sustentabilidad no pasa solamente por el ahorro de energía sino también por la utilización de materiales que no impliquen actividades extractivas, como la tala de árboles”, agrega. Además de seguir criterios de sustentabilidad, añade que hay una vuelta a lo “crudo” o a lo “despojado”, como el cemento alisado. Las oficinas se alejan cada vez más de las alfombras, asegura, y además tienen cada vez más cuidado de incluir materiales ignífugos.

Más allá de las elecciones del mobiliario interno, Feingold destaca la falta de incentivos desde el Estado para considerar la sustentabilidad en todas sus dimensiones: “En general, los edificios que entienden temas de ahorro energético, manejo de residuos y ahorro de agua están en países que tienen una cantidad de beneficios, algo que no sucede en la Argentina. Hoy acá el mercado no paga más un edificio que tiene la certificación LEED que otro que no lo tiene, entonces las compañías que los eligen generalmente son aquellas que lo tienen incorporado como política desde su casa matriz”, dice.

En lo que se refiere a diseño de muebles, el CEO de Contract señala dos tendencias. Una está relacionada con pensarlos en función de la tecnología: dónde va a haber espacio para enchufes o para pasar cables, por ejemplo. Otra tiene más que ver con el “look and feel” de la oficina, aclara, y son los muebles más “cálidos y acogedores” para que los empleados “se sientan más a gusto”. Pirani añade que otro gran pilar en la elección de los escritorios y las sillas es “el respeto hacia las personas”, es decir, considerar la ergonometría a la hora de adquirirlos.

Finalmente, la rutina de trabajo de los facility managers también se transformó por la tecnología. El año pasado CBRE publicó su informe sobre tendencias en el área e hizo especial hincapié en la conectividad y las herramientas digitales. “En 2020 habrá 25.000 millones objetivos conectados, por lo que los edificios inteligentes que integren seguridad, luces, sensores, ventanas y puertas manejados por un sistema será cada vez más común”, resalta el estudio, y recomienda a los facility managers pensar en servicios cada vez más personalizados y aprender a recolectar más datos y manejarlos de manera eficiente para reducir costos. En la Argentina, esta tendencia todavía es incipiente.

Gago asegura que, a modo de broma, al empezar a trabajar con una compañía les consulta si manejan sus finanzas solamente con una hoja de cálculo, y que la mayoría le responde que no. “Es importante que podamos utilizar software para poder obtener información de los edificios y mejorar la toma de decisiones”, expresa. La incorporación de estos sistemas se cruza, además, con la tendencia global de la economía circular, el modelo que propone reusar, reutilizar y reciclar los recursos. La Fundación Ellen MacArthur, una de las principales impulsoras de esta economía, calcula que la oficina media solo se usa entre el 35 y el 50 por ciento del tiempo, incluso durante el horario laboral. “Cada vez tendremos más trabajo en el área de manejo de ocupación de los espacios, y para eso nos sirven las plataformas para cargar información”, reconoce Gago.

Por Sofía Terrile, Lunes 23 de abril de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Oficinas: los edificios históricos tienen su propia demanda

La articulación de lo antiguo con lo moderno potencia el producto pero es clave aggiornar el equipamiento tecnológico y remodelar los pisos

Fuente: LA NACION - Crédito: Victoria Gesualdi/AFV

Cómo en todos los órdenes de la vida están las personas y hasta las organizaciones comerciales que a la hora de elegir optan por lo clásico, lo antiguo. Para muchos, este tipo de proyectos no sólo ofrecen un aire señorial sino que además proponen espacios amplios y ventilados, ambientes cálidos con techos altos, características que para algunas personas se traducen no sólo en un rasgo distintivo para la empresa sino también una característica que se traduce en un mayor confort para los empleados. Muchos de estos inmuebles que recuperaron su valor arquitectónico y también el comercial se encuentran en ubicaciones privilegiadas con buenos accesos los que los convierte casi en un objeto de deseo para los amantes de este tipo de propuestas.

Las necesidades de cada empresa o individuo que buscan una oficina son muy diferentes y de acuerdo a eso será la elección. Sin duda el estilo de la marca o compañía que se instale en el lugar influye en la elección. No es lo mismo una empresa tecnológica que un estudio de abogados; o una compañía de alimentos que un estudio de arquitectura. “Siempre existe un público que demanda las oficinas antiguas recicladas que es el que todavía disfruta de despachos con estructuras clásicas y conservadoras. Muchos de ellos son estudios de abogados o economistas, por mencionar algunos casos tradicionales”, cuenta Adrián Mercado CEO del Grupo Adrián Mercado.

Otro aspecto que influye a la hora de elegir estos inmuebles es su ubicación, dado que la mayoría de este tipo de oficinas están en la zona del Microcentro, es decir, en el corazón financiero de la ciudad. “Por otro lado, no podemos dejar de lado las excepciones. Por ejemplo si se piensa en un estudio reciclado, con una mezcla de estructura antiguas y decorados modernos, el escenario podría abrirse a disciplinas más descontracturadas, como podría ser un estudio de diseño”, sostiene Mercado.

Actualmente el mercado local cuenta con un puñado de inversores y desarrolladores que optan por la compra de viejos inmuebles y su puesta en valor, haciendo de ellos bienes preciados que rápidamente son absorbidos por la demanda. “No hay muchos proyectos de este tipo. En la zona del Distrito Tecnológico afortunadamente encontramos algunos ejemplos. Hubo un tiempo en que estos inmuebles eran ‘invisibles’. En ese momento tanto inversores como desarrolladores su principal objetivo parecía ser la construcción de nuevos proyectos, es decir que dónde se levantaban antiguos e interesantes edificios solo se veían lotes aptos para desarrollar algo nuevo. La protección de estos inmuebles por parte del gobierno y de asociaciones ha permitido conservar muchos de ellos”, comenta Mariana Stange, asesora inmobiliaria, especializada en el sector corporativo. Más allá del tipo de reciclado que se realice en los diferentes inmuebles lo que no puede faltar es el aggiornamiento tecnológico del edificio. “Hoy todo edificio de oficinas que ingresa al mercado deben estar dotado de todos los avances tecnológicos, esa es una condición ‘sine qua non’ que exige la demanda”, afirma Mercado.

Nueva tipología

En los últimos tiempos el mercado ofreció un nuevo tipo de proyectos de oficinas las cuales responden a una tendencia que se denomina ‘oficinas boutique’, un tipo de inmueble con una importante imagen estética donde predominan los amplios lugares y los avances tecnológicos. “Esta nueva categoría de edificios conjuga tecnología y servicio, con diseño y estética manteniendo su cáscara clásica y renovando por complejo tanto el interior como los servicios que ofrece. La articulación de lo antiguo y lo moderno potencia el producto final, causa un impacto visual, generando una imagen única. Se trata de una clase nueva en un mercado que crece y se posiciona en un mundo globalizado que le exige a los desarrolladores iniciativa y una cuota de vanguardia”, explica Stange.

Los brokers consultados coinciden en que, entre los beneficios, ofrecen se destacan la ubicación, la altura de los techos -que salen del común- y la imagen corporativa que ofrecen las cúpulas y fachadas. “Otra característica fundamental es la posibilidad de ocupar un block, casi una rareza en nuestro mercado, dado que lo usual es fundirse en un entramado de empresas anónimas dentro de una torre de oficinas donde suele perderse la identidad corporativa”, cuenta Stange. Para Mercado otra de las ventajas suele ser el precio. “Este tipo de oficinas, aunque depende de la ubicación, suelen tener valores más accesibles. Otro beneficio, para un gran sector del mercado, es que aún conservan una mayor cantidad de despachos individuales, una necesidad que sigue presente en muchas empresas y que está desapareciendo con la nueva tendencia de oficinas y espacios compartidos de trabajo”, cuenta el especialista.

La remodelación: la planificación y los tiempos son clave para que no se dispare la inversión Fuente: LA NACION - Crédito: Victoria Gesualdi/AFV

El desafío del reciclado

Las diferencias entre reciclar un edificio y construir una obra nueva son muy notorias y eso también se refleja en los costos de obra que afrontan los desarrolladores. “La mayor o menor incidencia en el costo de la obra depende de cada caso. Hay edificios en que se puede aprovechar gran parte de la estructura, mientras que hay otros en los cuales el esqueleto debe reforzarse casi en su totalidad, debido a que se modifica la disposición de los ambientes y sus destinos. Además, se debe cumplir con todas las reglamentaciones vigentes, lo que lleva a ejecutar modificaciones que se exigen al momento de habilitar un edificio nuevo”, explica Luis María Perri, coordinador de obras de la firma Obras y Sistemas SRL, que llevó adelante la remodelación de un edificio ubicado en avenida de Mayo al 1100 y otro, en Bartolomé Mitre esquina Esmeralda. Y agregó: “En ambos casos por tratarse de edificios protegidos, debieron mantenerse las fachadas existentes que fueron restauradas con gran meticulosidad. En el caso del proyecto ubicado en Bartolome Mitre, donde antes funcionó el Banco de Tucumán, se pudo aprovechar gran parte de la estructura existente, lo que representó una gran ventaja y ahorro de dinero. Aunque como era lógico en un inmueble de esas características fue necesario ejecutar tareas de restauración de fachadas, cúpula y mansarda de pizarra. Cómo no todos los edificios cuentan con estas características a la hora de comprar un edificio que luego será puesto en valor hay que hacer una evaluación a conciencia de los trabajos de restauración a realizar y los costos estimados que estos demandarán. En esta obra como los desarrolladores querían sumar un segundo subsuelo fue necesario recalzar 36 columnas y profundizar su fundación dos metros aproximadamente, lo que representó un trabajo fuera de lo común, por lo tanto, se ejecutó un procedimiento constructivo con su correspondiente control de calidad para tomar todos los recaudos necesarios por cuestiones de seguridad. Lo que se tradujo en un mayor plazo de obra”, relata.

En la obra de avenida de Mayo al 1100, que tiene doble frente, se conservaron las fachadas existentes y se construyeron seis subsuelos, por lo que debió ser apuntalado el inmueble durante gran parte de los trabajos. En los subsuelos, tendrá un sistema de parking automatizado y computarizado proveniente de Alemania que, entre varias particularidades, se destacar la gran velocidad para estacionar los vehículos, con un tiempo máximo de un minuto y medio automóvil y una capacidad de estacionar 130 vehículos. “La excavación de los subsuelos, tanto en Avenida de Mayo al 1100 como en Bartolomé Mitre y Esmeralda, se tuvo que ejecutar mediante una cinta transportadora debido a que las dimensiones del terreno no permitieron ejecutar la excavación de forma tradicional, con un puente sobre la vereda para el retiro de tierra, que permitió la normal circulación de los transeúntes”, explica Perri. Los precios de una reforma son muy variables y tienen relación directa con la cantidad de metros cuadrados y la dimensión de la obra. Otra variable es si se trata sólo de modificaciones internas o si hay que invertir en la puesta en valor de la fachada. Mercado estima que si solo se trata de un interior con dos ambientes (podrían decirse dos despachos), de 20 m2 aproximadamente cada uno el precio rondará los US$15.000 incluyendo los pisos y agrega respecto a los precios de alquiler que varía según la ubicación. En Plaza Roma, Catalinas o Microcentro, la diferencia con los pisos modernos será de apenas US$5 menos. “Se valora la cercanía con el centro financiero de la ciudad. Allí los precios de las mejores oficinas están a US$36, lo cual podría descender en estos casos a US$30”, finaliza Mercado.

Por Leandro Murciego, Lunes 12 de febrero de 2018
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Las oficinas chicas y con amenities, el boom del segmento corporativo

Los desarrolladores buscan satisfacer la demanda de unidades de entre 40 y 100 m2 en edificios con servicios; son espacios que permiten la personalización y la refuncionalización.

Que el edificio cuente con un salón de usos múltiple no se negocia.

Los avatares económicos que padece en los últimos tiempos la Argentina que en muchas compañías generaron la reducción de plantas de empleados y el achicamiento de gastos -fruto del incremento en las tarifas de los servicios, entre otros gastos-trajo un fuerte cambio en las demandas del mercado oficinas, el cual parece haber dejado -al menos por un tiempo- la búsqueda de locaciones amplias para concentrarse en unidades de dimensiones pequeñas con superficies que van entre los 40 y los 100 metros cuadrados.

Según los especialistas, el interés por este tipo de producto no sólo se centra en las pymes y en los profesionales independientes. Las grandes empresas también comenzaron a plantearse un cambio de paradigma laboral que profundiza aún más el modelo colaborativo.

Sin duda algo que queda claro al hablar con los referentes del sector es que esta multiplicación de factores amplía la demanda y estimula la oferta, planteando para los desarrolladores un nuevo desafío que les permita armar un producto capaz de satisfacer a estas nuevas necesidades sin dejar de ser rentable. “Esta dinámica dio lugar a un nuevo nicho que genera el nacimiento de edificios de oficinas o mixtos con plantas flexibles, de menor dimensión, en las que predomina un entorno de trabajo. Esta tendencia propone más espacios comunes de calidad como un business center, coffee lounge, terrazas, piletas, gym y social room entre otros” destaca Marcelo Buyo, gerente general de Grupo Portland que construye Palmera Bureau. “Es un edificio con unidades de oficinas chicas con los amenities de un edificio de lujo”, agrega.

Para Bruno Martino, director ejecutivo de la constructora Comasa, la mutación que vive el mercado está llevando al sector corporativo a un escenario que no es del todo desconocido dado que hace un tiempo ya se había vivido algo similar. “Este es un fenómeno que se instaló nuevamente en el sector corporativo. Su reaparición hizo proliferar nuevas obras, las cuales responden a los parámetros de calidad actuales, es decir que cuentan con diseño de espacios con altos niveles de personalización y muebles funcionales, pensados para profesionales independientes, empresas en crecimiento o pymes a las que se les dificulta el ingreso a oficinas tradicionales o que buscan asentarse en un punto estratégico con acceso rápido a Capital Federal y a todos los corredores”, relata el ejecutivo. Hoy la empresa que lidera desarrolla Vilanova Office, un complejo corporativo que busca transformarse en el primer business center del corredor oeste.

En medio de este escenario la personalización de las diferentes plantas de cada inmueble pasó a ser una de las mejores estrategias que encontraron los desarrolladores. Es la clave para poder ofrecer muchos tipos de oficinas en un solo inmueble. Hoy cada edificio presenta una amplia variedad de tipologías, que varía piso a piso.

Otra de las ventajas es que en muchos casos estos espacios hasta pueden ser diseñados en más de una ocasión permitiendo así la rápida y económica refuncionalización. “Brindarle al inquilino flexibilidad para que pueda elegir de qué manera armar su lugar de trabajo es uno de los diferenciales que agrega valor a un emprendimiento corporativo. “Así, un cliente puede diseñar su propio lugar acorde a las necesidades de su modelo negocio. Sin duda, esta tendencia de optar por oficinas de plantas versátiles está en crecimiento y cada vez cuenta con más adeptos”, cuenta Hernán Nucifora, que lanzó recientemente un proyecto denominado Campus Norte, que responde a este criterio y que se encuentra próximo a General Paz y Panamericana.

Algunos brokers que prefirieron mantener sus declaraciones en off the record afirmaron que no son pocas las empresas que ante el incremento de servicios como la luz y el gas, los consultaron invocando la necesidad de conseguir un espacio más pequeño pero que mantenga la impronta de los tradicionales inmuebles corporativos. Lo cierto es que ya sea, por aquellos que se encuentran en un momento de crecimiento como por los que buscan reducir sus erogaciones para salvar su empresa este tipo de inmuebles se convirtió en una de las vedettes del mercado en los tiempos que corren.

En la ciudad, la demanda tiene otro chip

En la ciudad de Buenos Aires el mercado de oficinas parece latir a un pulso diferente del que resuena en los alrededores de la Capital Federal. En el mercado porteño y en el de zona norte, la demanda busca más metros. Cuando hablan de unidades pequeñas se refieren a espacios que oscilan entre 100 y 500 metros cuadrados. Aquí los edificios a diferencia de los del Gran Buenos Aires cuentan con plantas flexibles pero de mayores dimensiones, las cuales también ofrecen la posibilidad de ser divididas entre varias compañías. Pero sin duda, la gran disparidad está en los servicios que reclaman los potenciales ocupantes a los desarrolladores.

“Hoy, a la hora de mudarse las compañías no solo buscan mejorar la eficiencia de sus plantas, acortar en muchos casos la distancia entre la casa y la oficina de sus empleados sino que además reclaman mejorar la calidad de trabajo. Para satisfacer esta demanda y la necesidad de contar con mayores atractivos, cada vez son más los desarrolladores que eligen sumar en sus edificios espacios compartidos para dar a sus ocupantes una mejor convivencia. En definitiva: mejores lugares de trabajo generan experiencias más gratas”, comenta Eleonora Lefevre, broker de la división de oficinas de LJ. Ramos.

Sobre las demandas de los empresas y de los posibles ocupantes Pablo Papadópulos, gerente de la división de oficinas de la misma inmobiliaria explica que en los últimos tiempos se experimentó un cambio notorio. “Si bien se buscan unidades más pequeñas, entre los pedidos que nos llegan, las empresas interesadas en mudarse quieren un área de uso común con una buena sala de reuniones, o un amplio salón de usos múltiples, gimnasio, vestuarios para damas y caballeros con un sector de duchas, cocheras y un área para bicicletas. Este último punto se convirtió en algo cada vez más importante para las compañías, debido a que su personal -la mayoría de ellos entre los 19 y los 25 años- opta por cuestiones ecológicas y de practicidad por moverse en bicicletas por la ciudad. Para cumplir con esta exigencia, los desarrolladores resignar tres cocheras, es decir unos 60 metros cuadrados para destinarlo al sector donde suelen entrar entre 25 y 30 bicicletas”, explica el broker.


Las unidades chicas

Los proyectos de micro-oficinas con amenities de lujo parece que no sólo forman parte de un fenómeno que se registra en las proximidades de la ciudad de Buenos Aires sino que recientemente comenzó a manifestarse en la propia Capital Federal. Según algunos especialistas, estos son ocupados por los denominados clientes golondrinas -personas o microempresas que se encuentran en transición y sólo permanecen en el lugar por uno o dos años-.

Uno de los ejemplos porteños de este tipo de desarrollos es Palacio Raggio, ubicado en diagonal a la Plaza de Mayo y donde se ofrecen unidades de entre 30 y 70 metros cuadrados. “Cuando compramos este inmueble nos dimos cuenta que había un segmento de profesionales desatendidos que buscaban en el casco neurálgico de la ciudad la necesidad de instalar sus operaciones en un punto estratégico a menor costo pero con mayor calidad y amenities de lujo. Así fue como decidimos que esta era una excelente oportunidad para empezar a incursionar en la ciudad de Buenos Aires con este tipo de productos, que desde hace un tiempo comenzaron a multiplicarse en zona norte. El tiempo dirá si teníamos razón o no al hacer esta apuesta”, concluye Rodrigo Fernández Prieto, desarrollador del proyecto.

Por Leandro Murciego, Lunes 24 de abril de 2017
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION

Las oficinas esperan un año marcado por el crecimiento

Durante 2017, la demanda mantendrá el ritmo adquirido en los últimos meses del año pasado; la oferta sumará unos 160.000 metros cuadrados corporativos nuevos

Catalinas es la plaza elegida para estrenar pisos

El año último fue una etapa de grandes cambios y transformaciones que se reflejaron en un contexto macroeconómico más favorable para algunos rubros del sector. En este sentido, la construcción de oficinas estuvo cerca de los niveles récord de los últimos cinco años convirtiéndose en una de las vedettes del real estate.

Este crecimiento fue acompañado por una demanda fuerte que superó la nueva oferta reduciendo las tasas de vacancia e impactando en los precios. “La demanda convalidó rentas, al alza desplazando la frontera de los valores máximos gracias a la introducción de nuevos productos de alta calidad. El mercado respondió positivamente a los cambios de entorno incluso a pesar del persistente contexto inflacionario, presiones salariales y conflictos sindicales que aplacaron el optimismo. El resultado de este proceso ha sido un mercado fortalecido y más consolidado”, comenta Eduardo Di Buccio, research manager CBRE Argentina.

Algo de números

A fin de 2016, el inventario de oficinas clase A/A+ estaba compuesto por casi dos millones de metros cuadrados distribuidos en 199 edificios tanto en la ciudad como en la zona norte del Gran Buenos Aires. Otro dato significativo fue la producción de inmuebles de este tipo que durante el último trimestre de 2016 arrojó unos 38.700 metros cuadrados nuevos en los submercados de zona norte, la capital federal y el Distrito Tecnológico.

“A lo largo de 2016, la nueva oferta acumuló 122.056 metros cuadra-dos, un número que marca un considerable repunte de este indicador respecto de 2015 , doce meses que sumaron 47.984 metros cuadrados. El nivel de producción fue sustancialmente superior al año anterior e incluso por encima del promedio anual histórico de los últimos cinco años de 75.000 metros cuadrados”, agrega Di Buccio.

El submercado más importante fue el de Catalinas que se llevó el 55 por ciento de las nuevas superficies. Mientras que el proyecto que más miradas captó durante el cuarto trimestre fue para el back office de un banco privado nacional, ubicado actualmente en Chacarita.

Sobre 2017 Di Buccio augura que será otro año de gran expansión como lo fue 2016. “De cumplirse las proyecciones de entregas, se estarían sumando otros 159.815 metros cuadrados al inventario. En contraste con 2016, las futuras entregas se ubicarían en el corredor Libertador y en el Distrito Tecnológico”, explica Di Buccio.

La demanda marcó el ritmo del mercado en 2016. La absorción neta en Clase A/A+ acumuló 143.039 metros cuadrados, de los cuales, 48.162 se correspondieron al cuarto trimestre, siendo este último el más activo. “La recuperación de la demanda a niveles por encima de los últimos tres años, es evidencia de un cambio en la tendencia del mercado, fruto de un contexto macroeconómico más favorable”, cuenta Di Buccio. La demanda se mostró muy pro-activa hacia la nueva oferta, localizada mayormente en Catalinas y en los submercados del centro de Buenos Aires, representando el 58,8 por ciento de las superficies tomadas. Asimismo, la mayoría de las superficies recientemente entregadas fueron absorbidas en su totalidad, tanto en la comercialización previa a la entrega o porque se trataron de proyectos desarrollados a medida para un ocupante. El mercado cada vez más exigente parece reclamar proyectos flexibles y de calidad dos características que definen en gran medida a los emprendimientos que abrirán sus puertas en este 2017.

Por Leandro Murciego, Lunes 13 de febrero de 2017
Publicado en el suplemento Inmuebles comerciales e industriales del diario LA NACION